martes, 29 de marzo de 2016

Vision Board 2016 - Una manera creativa de ponerte objetivos para el año

Vengo a contagiarles un poco de optimismo.

A pesar de que estamos a días de terminar el tercer mes del año, les propongo fijarse en la mente que todavía pueden ponerse objetivos para este año: GRANDES OBJETIVOS.

Una linda manera, práctica e inspiradora es armarse un "Vision board".

Anotate en un borrador las grandes cosas que quieras lograr este año, objetivos de estudio, estéticos, de viajes, tus prioridades, nuevos hábitos, frases inspiradoras.

De cada uno buscá una imágen en internet, o sacá fotos, o dibujá... que te guste, te de paz e inspire... Con esas imágenes armá una imagen en la compu.... 

Te muestro cómo me imagino mi 2016:

- Quiero pasar más tiempo de calidad sola con mi marido.
- Hacer la tarea, guiar y reforzar a mi hijo que empezó primer grado.
- Seguir simplificando
- Viajar más, haciendo viajecitos cortos apenas se de la oportunidad.
- Seguir leyendo, sacando libros de la biblioteca de mi ciudad.
- Este año defiendo la tesis.
- Empezar un blog =)
- Comer más sano y natural.
- Estudiar alemán. (Me voy los sábado sola a estudiar de manera autodidacta tomándome un café por ahí...)
- Hacer que me importe menos lo que piensan los demás, ser feliz y mirar las situaciones conflictivas desde "arriba". 
- Emprender en MercadoLibre.
- Conocer más sobre tés.

Y la frase minimalista "Todo lo que necesitas es menos" por excelencia me recuerda que estoy en camino hacia una vida cada vez más vacía de cosas y más llena de contenido.

Los invito a ponerse creativos, armar su propio Vision Board, imprimirlo, tenerlo en el celu, y recordarse que tienen objetivos que cumplir para hacer que sea un muy buen año!!




martes, 22 de marzo de 2016

Acumular aprendizaje



Si hay algo que aprendí con el minimalismo es a ACUMULAR aprendizajes.
No me refiero al conocimiento (en ciencias, artes, saberes, etc.), sino a las cosas que vamos aprendiendo.

En este tiempo aprendí a no forzarme a hacer actividades que no me hacen feliz, a no ver a personas que no me hacen feliz, o que me abruman, angustian o traen malos recuerdos solo porque no sé decir no, aprendí a decir no, aprendí a generar confianza con la imagen, aprendí a no complicar las cosas, a simplificar, a comunicar asertivamente, a economizar palabras, tiempos, cansancio…. Y podría seguir.

Cada vez que simplifico algo es porque aprendí a evitar los errores que estaba cometiendo en ese algo.

Cada simplificación se convierte en un nuevo hábito, que reemplaza a otro u otros a lo que les digo adiós con mucho cariño aprendiendo de sus falencias, de mis falencias.

Un ejemplo de cómo los aprendizajes se van acumulando y mejorando la vida de uno, a medida que simplificamos:

En la oficina un día aprendí a tener el escritorio libre, acomodado. Por medio de un sistema de entrada, uso y salida de papeles.

Otro día aprendí a aplicar ese sistema en el escritorio virtual de la computadora. Simplificando y organizando.

Ese sistema de organización se terminó “contagiando” a mi agenda. Ahora está completamente bajo control.

Ese control completo se nota en toda mi oficina. Un día mis compañeros me dijeron que admiraban mi orden, entonces entendí el poder de esa imagen que yo estaba dando.

Con la comprensión de ese poder lo empecé a usar a mi favor, para hacer notar que las cosas las tengo bajo control, están al día, completas, sin cabos sueltos.

Cuando logré esa imagen conseguí menos intrusiones en mi oficina.

Con menos intrusiones en la oficina me hice aún más productiva, tanto que hasta manejo momentos propios de ocio. Mis compañeros lo ven, confían en mí y ven mis resultados, usualmente me preguntan cómo hacer para que una planilla, carpeta, presentación se vea más ordenada y asertiva.

Logré “contagiar” conocimiento a mi equipo de trabajo. Es un conocimiento que ellos cultivan inconsciente o conscientemente y que hace que todo el equipo aprenda.

Y yo aprendo sobre como comunicar a un equipo.

Y sigo edificando…


Cada día, semana, mes, hay algo para aprender, algo para simplificar y mejorar, algo para dejar atrás y abrirle paso a algo mejor, algo de lo que desapegarse, aprender, acumular aprendizaje, aprender, acumular….





domingo, 13 de marzo de 2016

Un rincón propio

"A woman must have money and a room of her own if she is to write fiction." 
(Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si quiere escribir ficción.)
(Virginia Woolf, "A room of one's own")


Virginia hizo con esa frase una declaración feminista revolucionaria para su época, prácticamente una queja de la diferencia que había (¡y hay!) entre hombres y mujeres de tiempo libre y espacio disponible para producir creativamente.


En el libro "An Illustrated Guide to the Japanese Art of Tidying by Marie Kondo" que complementa su primera y más famosa publicación, la japonesa recomienda crear un rincón propio, un rincón que irradie tu personalidad. En este rincón deberías, recomienda, tener cosas que irradien alegría, tus cosas preferidas, colecciones, objetos decorativos, cosas para practicar tus hobbies, ir a leer, escuchar música... Un rincón al que poder escaparte. 


Cuando me enteré de esta propuesta, no puede evitar relacionarlo a la "tesis" de Virginia Woolf.... Y me lo propuse fervientemente. Con mis nuevas reglas de consumo esperé a encontrar una mesa de oferta, o una que pudiera reciclar y me llevó un poco de tiempo... Pero mientras tanto "reservé el rincón de mi cuarto, con una mesita de esas de desayuno plegables (tablemate) y apoyé ahí mi portátil. Pasaron algunas semanas hasta que en una visita de compras normales al supermercado vi una mesita de computación por 400 pesos (unos 25 usd).



Les muestro el resultado en un video... 






 


martes, 8 de marzo de 2016

Los proyectos inconclusos y las cosas materiales


 
Soy una persona creativa, se me dan bien las manualidades, el dibujo y me entretienen muchísimo la costura, el bordado, la papelería, la fotografía, los álbumes. Por ende siempre tuve materiales en casa, listos para ser usados.

Telas, retazos, mostacillas, hilos, cintas, bordados, bolsistas, etiquetas, figuritas, pinturitas, colores, masas, pegamentos, cuadernos, ropa para modificar, hojas, cajitas, cosas para arreglar, piezas, partes de juguetes, plásticos familias y familias de cosas escondidas en rincones de casa. Algunas “a mano” para “inspirarme” a hacerlas apenas tuviera el tiempo.

La verdad es que nada de esas cosas materiales me hacía por si sola feliz. Solo era un recordatorio del poco tiempo que tenía para hacerlas, y de que cuando tenía tiempo libre elegía otras cosas para hacer, como ver películas, jugar con mi hijo, arreglar cosas de casa, estar en internet, dormir siestas, salir, conversar por teléfono, etc, etc.

No estaban ahí para hacerme productiva, especializarme en un hobbie o disfrutar el tiempo libre: terminaban cumpliendo dos roles que le hacían mal a mi vida:

-          Hacerme sentir frustrada de no tener tiempo libre para hacerlas.

-          Hacerme trabajar el doble, triple, cuádruple para mantener mi casa linda y ordenada (juntan polvo, generalmente eran cajas feas, llenas de cosas que visualmente no se veían como proyectos, sino como cambalaches de objetos viejos, usados, rotos, inconclusos).

Las premisas del minimalismo me convencieron de eliminar todo eso de casa. Me hacía mal verlos, me llevaba tiempo organizarlos, no eran esenciales en mi vida. Son objetos fáciles de los que deshacerse. Dejo aquí los criterios que utilicé para purgarlos, desapegarme y organizar lo poquito que quedó.

TELAS:
Eliminé las más feas y no absorbentes, a la basura.
Me quedé con algunas para hacer disfraces para mi hijo cuando piden del colegio (eso sí que siempre lo hago, me ahorro muchísimo dinero por año), me quedó una pequeña cajita.
Recorté en pequeños cuadrados las absorbentes y las puse en una cajita en la cocina, para usarlas de trapitos descartables; son mejores que el papel de cocina, da menos asco limpiar con trapo y se pueden tirar a la basura, cosa que no se hace con las rejillas o trapos reutilizables. ß Tip hogareño!

BOTONES, MOSTACILLAS, PERLITAS:
Tenía todo separado por estilos, colores, tamaños en diferentes frasquitos.
Lo que hice fue poner TODO junto y mezclado en una sola bolsita ziploc, mediana.
Como se trata de cosas que cuando tenés que comprarlas hay que comprar muchas (paquetes enteros) y suelen tener precio alto, no las tiré a la basura.
Las cosas que ya estaban feas o pasadas de moda las tiré a la basura. (un o dos puñados de cositas).
 

PINTURAS, ÚTILES ESCOLARES, HERRAMIENTITAS DE MANUALIDADES.

Lo mismo, unifiqué todo en el mismo lugar.
Las que dependían de revivirse con diluyentes, o tenían muy poquito, o no son cosas que piden en la educación primaria, las tiré a la basura. Lo mismo con cosas rotas o por reparar.
Las cosas repetidas las doné.
Las tengo guardadas porque son cosas que siempre piden en el colegio, no vale la pena tirarlos a la basura, porque son $$$$.
Están en una cajita pequeña, no a la vista. Son como una pequeña reserva.


PAPELES, FIGURITAS, FOTOS, RECORTES
Tiré todo. En mi tacho de papel reciclable.
Básicamente hoy en día si hay que hacer una tarjeta, trabajito de la escuela, decorar algo, se busca en internet y se imprime….
 

ROPA PARA REMENDAR, MODIFICAR, ETC
Adiós! (doné, tiré a la basura, usé como trapo).

 
OTROS
Le dije adiós a una cajita que tenía con juguetes y adornitos y cositas por reparar.

 
TENGO NUEVAS REGLAS:
Si puedo vivir sin eso; lo tiro. Si no puedo y lo tengo que reparar, lo hago en el momento.
No guardo nada que no me sirva. Lo dono inmediatamente, o lo tiro a la basura.
No compro útiles y elementos de arte a menos que sean para mi hijo para la escuela. Son como un vicio para mí, asique mejor no volver a empezar…
No guardo retazos pequeños que me sobren.
En cada cumpleaños, festejo, navidad tengo la posibilidad de utilizar e ir terminando las cosas que aún tengo. Antes de comprar: me fijo qué puedo usar de lo ya disponible.



Te dejo el link a mi canal: https://www.youtube.com/channel/UCTsbkU2OrYojaX7tHAwnkNA/videos

martes, 1 de marzo de 2016

Reduciendo y simplificando el uso de papel, agendas, anotadores

 

Siempre me encantaron los cuadernos, agendas, anotadores. Usé muchísimos en mi vida.

Cuando empecé a desapegarme de mis cosas, el proceso de los cuadernos fue especial, llevó su tiempo y tareas para lograr llegar a minimizarlo al sistema realmente simple que uso hoy.
 

Tenía cuadernos para:

-          Agenda personal

-          Agenda trabajo

-          Cuaderno de ideas para microemprendimientos

-          Cuaderno de frases

-          Cuaderno con lista de películas, series, documentales para ver

-          Anotadores

-          Blocks de hojas

-          Cuaderno con recortes de revistas (cosas que me quería comprar).

-          Cuadernos con recortes interesantes

-          Carpetitas con recetas

-          Carpetitas con dietas

-          Carpetitas con tests de personalidad

-          Agenda para la tesis

-          Agenda para cosas que hacía en internet.

-          Cuadernos en blanco

-          Cuadernos para empezar a dibujar

-          Cuadernos para dedicatorias a mi hijo

-          Y más---

 
La verdad es que además de ocuparme espacio físico, ocupaban un lugar negativo en mi mente: Nunca tenía tiempo para usarlos propiamente. Nunca estaban al día. Quería sentarme a escribir, dibujar, crear. Pero la verdad es que no podía.

Mi vida es tranquila y tengo las cosas bajo control, pero no me sobra tiempo para todos los hobbies que se me van ocurriendo. Trabajando, terminando una tesis, estudiando idiomas, haciendo las cosas de la casa, trámites, microemprendimientos, siendo mamá, preparando cumpleaños, actos escolares, tareas especiales, haciendo compras…  realmente no necesitaba tener en el fondo de la mente una lista interminable de pequeñas cosas por hacer representadas cada una por un cuaderno o agenda…

Asique las eliminé.

La verdad es que los cuadernos no tenían muchos avances. Quizás entre 5 o 10 hojas cada uno. Asique antes de deshacerme de ellos:

Corté las páginas usadas.

Algunas las escaneé.

Algunas las pasé a archivos Word.

Las rompí y tiré.

Los cuadernos los regalé como anotadores (a gente que se que no acumula, ni los compra, para que le den utilidad, cerca del teléfono por ejemplo).

Algunos se los dí a mi hijo para dibujar, ya para el día de hoy ninguno existe más… =)

Otros los dejé en la vereda para que se los lleve quien le llame la atención.

Alguno lo doné porque estaba en buen estado.

 

No quedó ningún cuaderno.

No quedó ninguna frustración.

No quedaron deseos de emprenderme en hobbies.

Quedó espacio, ligereza y tranquilidad.

Quedó organización genuina.

 

Les dejo un video del resultado, hace más de un año y medio que uso este sistema de dos mini libretitas + alguna que otra lista y todo está bajo control.