martes, 1 de marzo de 2016

Reduciendo y simplificando el uso de papel, agendas, anotadores

 

Siempre me encantaron los cuadernos, agendas, anotadores. Usé muchísimos en mi vida.

Cuando empecé a desapegarme de mis cosas, el proceso de los cuadernos fue especial, llevó su tiempo y tareas para lograr llegar a minimizarlo al sistema realmente simple que uso hoy.
 

Tenía cuadernos para:

-          Agenda personal

-          Agenda trabajo

-          Cuaderno de ideas para microemprendimientos

-          Cuaderno de frases

-          Cuaderno con lista de películas, series, documentales para ver

-          Anotadores

-          Blocks de hojas

-          Cuaderno con recortes de revistas (cosas que me quería comprar).

-          Cuadernos con recortes interesantes

-          Carpetitas con recetas

-          Carpetitas con dietas

-          Carpetitas con tests de personalidad

-          Agenda para la tesis

-          Agenda para cosas que hacía en internet.

-          Cuadernos en blanco

-          Cuadernos para empezar a dibujar

-          Cuadernos para dedicatorias a mi hijo

-          Y más---

 
La verdad es que además de ocuparme espacio físico, ocupaban un lugar negativo en mi mente: Nunca tenía tiempo para usarlos propiamente. Nunca estaban al día. Quería sentarme a escribir, dibujar, crear. Pero la verdad es que no podía.

Mi vida es tranquila y tengo las cosas bajo control, pero no me sobra tiempo para todos los hobbies que se me van ocurriendo. Trabajando, terminando una tesis, estudiando idiomas, haciendo las cosas de la casa, trámites, microemprendimientos, siendo mamá, preparando cumpleaños, actos escolares, tareas especiales, haciendo compras…  realmente no necesitaba tener en el fondo de la mente una lista interminable de pequeñas cosas por hacer representadas cada una por un cuaderno o agenda…

Asique las eliminé.

La verdad es que los cuadernos no tenían muchos avances. Quizás entre 5 o 10 hojas cada uno. Asique antes de deshacerme de ellos:

Corté las páginas usadas.

Algunas las escaneé.

Algunas las pasé a archivos Word.

Las rompí y tiré.

Los cuadernos los regalé como anotadores (a gente que se que no acumula, ni los compra, para que le den utilidad, cerca del teléfono por ejemplo).

Algunos se los dí a mi hijo para dibujar, ya para el día de hoy ninguno existe más… =)

Otros los dejé en la vereda para que se los lleve quien le llame la atención.

Alguno lo doné porque estaba en buen estado.

 

No quedó ningún cuaderno.

No quedó ninguna frustración.

No quedaron deseos de emprenderme en hobbies.

Quedó espacio, ligereza y tranquilidad.

Quedó organización genuina.

 

Les dejo un video del resultado, hace más de un año y medio que uso este sistema de dos mini libretitas + alguna que otra lista y todo está bajo control.
 
 

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